"vuelve" semilla con santaolalla

"Canciones nuevas para sentirse bien, brillan las cuerdas, reflejando mi ser", cantan los Semilla, y un poderoso riff de chacarera da paso al sonido Hammond de los teclados que recuerdan a Ray Manzarek de los Doors. Cinco gauchos rabiosos abren así este disco clave para entender los nuevos tiempos folklóricos, capaz de seducir a bailarines salamanqueros y tribus rockeras. El grupo Semilla continúan el camino que había trazado Gustavo Santaolalla en los años setenta con Arco Iris y que se reinventó como género mixturado con Arbol. Ahora todo confluye en un mismo camino en su álbum debut, Semilla, producido por Gustavo Santaolalla, dirigido artísticamente por Eduardo Schmidt y Pablito Romero (Arbol) y que salió por el sello Seminal/Surco de Universal.

"Gustavo Santaolalla es nuestro guía porque fue el primero que trabajó con esta visión del folklore, pero desde el rock. Por eso es una ilusión cumplida trabajar con él. Nos dio tranquilidad y sentimos que hablamos el mismo idioma. Con los chicos de Arbol somos amigos y nos entendemos a la perfección. Ellos con Gustavo sabían cómo sacarnos el mayor jugo y hacer que Semilla sonará así de eléctrico y criollo", cuenta Camilo Carabajal, uno de los fundadores del grupo.

Semilla parece ser el nombre justo para una banda folklórica que parece sembrar un nuevo código folklórico, que se situa sónicamente entre el campo y la ciudad, a caballo de creaciones propias donde se funden chacareras, gatos, escondidos, zambas, vidalas y letras con un mensaje urbano. "No es un grupo de proyección, sino que estamos en la búsqueda de un sonido donde naturalmente conviven el folklore, el rock y nuestra vida en la ciudad", dice Bárbara Palacios, front woman del grupo, hija de la reconocida Egle Martin.

Las influencias de los sonidos criollos y las vivencias urbanas impregnan el espíritu de esta banda formada hace cinco años y que integran Barbara Palacios (voz y guitarras), Juan Blas Caballero (guitarra y voz), Leandro Bulacio (piano, bajo, Hammond y coros), Gabriel Rocca (guitarra eléctrica) y Camilo Carabajal (bombo legüero y percusión). En el arte y la estética de sus canciones juegan con ese lenguaje generacional en el que se reconoce la potencia de Divididos en "Canciones nuevas" o el implosivo "Un color"; el grunge de Nirvana, pero traducido al idioma de la chacarera doble en "Sin querer"; la influencia stone en el cover "Pintalo de negro", con ritmo de gato; o los aires a Pink Floyd en la vidala lisérgica "Vuelve". "No queremos definirnos en un género, porque los dos forman parten de nosotros. Por eso, tenemos dos cortes del disco: «Cantor del alma», más criollo, para Radio Nacional, y «Canciones nuevas», que tranquilamente podría sonar en la Rock & Pop. Pero esto no tiene nada que ver con el marketing, sino con la esencia mixta del grupo", apunta la cantante.

Camilo Carabajal, bombisto y percusionista, que viene de la tradicional familia santiagueña, creció entre guitarreadas y un exilio berlinés que lo conectó con bandas internacionales. "En Semilla hay una cultura rock importante porque somos de esa generación. Por eso, un riff puede sonar a Foo Figthers o Green Day, pero de alguna manera está ligado al power que tiene la chacarera y que en mi caso curto desde chico."

Semilla hizo todo el circuito folklórico; tocó en espacios de rock con Karamelo Santo y Arbol, y en milongas con la Fernández Fierro. "Somos parte de la movida under y nos gusta juntarnos con gente de otros géneros, que también está en la misma onda que nosotros", cuenta Camilo, y agrega que con el grupo organizan las fiestas del semillero eléctrico, que se dan cita en el ex Arlequines, donde pueden convivir DJ, Gaby Kerpel y Bruno Arias; los domingos tienen su peña para bailarines novatos en una mítica milonga de Almagro (dos movidas que se pueden seguir en su página www.semilla.com.ar ).

El grupo sigue abriendo nuevos surcos, pero con una historia atrás. Como cantan en sus letras: " Vamos a buscar nuevos terrenos a un mismo lugar. Somos viejos reciclados despejando identidad. Es el fuego del destino quien nos trajo a este lugar".

Gabriel Plaza